© Juan Camilo Segura

ESTUDIO

Desde la infancia tuve la fortuna y el privilegio de aceder a conocer la Colombia profunda. Cada día me sorprendo y aún me asombra lo que queda por encontrar. Este país parece ser infinito en su todo. En su hermosura y en su violencia, en su riqueza y en su avaricia, en su poesía y en su injusta, en su rabia y en su amor.

“España nos trajo con la cruz y el hierro, también sangre de África”

Jorge Artel

La herencia y presencia africana en mi país es otro de esos privilegios que parecen ser infinitos. ¿Cuántas de nuestras alegrías y riquezas llegaron de África?, ¿cuántos motivos de orgullo en todos los campos de nuestra realidad nacional tienen la impronta negra?

La creatividad alegre de una comunidad que resiste a doblegarse ante el látigo criminal del racismo, es la gran razón de contar mi versión de la historia negra y el actual momento.

Entiendo que es un deber sentirse orgulloso y honrado al compartir un país con una presencia ancestral tan contundente.

“Afroditas” es un llamado a mirarnos bien adentro del alma.
El retrato como medio de descripción extensa y minuciosa del personaje, donde deben mostrar su ejecución las técnicas propias de quien las realiza y ese intangible que consigue contar sobre el duende , o el alma, del retratado. Se busca contar más allá de lo superficial, usando el color y el trabajo de la luz para lograrlo. El dibujo como herramienta para buscar con trazos claves, el lugar exacto del papel o del lienzo para lograr ese objetivo. El color como elemento pictórico que no distraiga, ni atropelle la mirada del todo dentro de la unidad que es el lienzo y que siempre armonice con ese el azul de la piel.